Cara de idiota

Seguro que a un diputado francés se le ocurrió la brillante idea de exigir que todos los que declaran sus impuestos proporcionen también información sobre sus cuentas en el extranjero. Casi puedo oír a más de una persona repitiendo “el que no tiene nada que ocultar no tiene nada que temer”. Yo no tengo ni nada que ocultar ni nada que temer. Pero eso no me quita la cara de idiota cuando pierdo una hora de mi vida buscando, para cada una de las cuentas que tengo: la fecha de apertura, la dirección postal del banco, el número de cuenta, y quién sabe qué más. De hecho, ¿Dónde sale la fecha de apertura? Ni siquiera es información que puedas encontrar fácilmente en una cuenta. Yo no recuerdo ni qué año creé qué. Y, ¿qué dirección poner? ¿La agencia? ¿La central? ¿Les importa? ¿Alguien va a realmente leer esta información?

Zero means nothing

We’re smart chimpanzees. We’re fish that cannot survive underwater anymore. We’re a collection of many highly-evolved bacteria. We’re stones that can talk. A bunch of carbon that did not decay/ burn (yet?). Stardust, yes. But also dog poop. We’re to Earth what a surprise hive of bees were to my bedroom when living in the farm. Yes, for some time it seems they are very important and you cannot imagine recovering your bedroom ever again. But after a while, they’re gone and you go back to worrying about something else. We’re just a superfluous, small, temporal event.

Asado con puré de papas

El inicio

Mi plato favorito es el asado con puré de papas y arroz que hace mi mamá.

No, la mejor música no es la música de nuestra niñez. Sí, la mejor música está, probablemente, por venir. ¿Por qué “por venir”? ¿Por qué “probablemente”? Porque, llámenme optimista, considero que la gran mayoría de buenas canciones no han sido escritas todavía. A pesar de ello, sí creo que nuestra niñez nos forja de tal manera en gustos y costumbres que condiciona el hecho de que, 20 años años más tarde, pueda yo deleitarme escuchando el disco New Wave del grupo Against me! en repeat al infinito por 6 semanas consecutivas. Esta entrada narra la improbable historia de cómo di con el grupo.